Metz es una ciudad trimilenaria que posee un patrimonio y una arquitectura ricos. ¡Descubra los grandes momentos y las fechas clave que han marcado la Historia de la ciudad !
Entre los siglos V y II a. C., los celtas y los mediomatricos se instalan en el oppidum de la colina de Sainte Croix. Denominada Divodurum por los romanos, Mettis en el siglo IV y Metz en el siglo VI, Divodurum es una importante ciudad galorromana. Las termas, el acueducto y el anfiteatro realzan el paisaje. En 451 Atila puso fin a este período de prosperidad al incendiar la ciudad.
Metz fue sucesivamente capital del reino de Austrasia bajo los merovingios (siglo VI) y capital religiosa y cultural bajo los carolingios, y en el siglo X pasó a formar parte del Sacro Imperio Romano Germánico. La ciudad imperial estuvo presidida por un príncipe obispo hasta 1179. El obispo Bertram concede a los burgueses de Metz una carta de franquicia con la que consagra la República de Metz.
Convertida en República, Metz atraviesa su período de mayor esplendor hasta el siglo XV. En 1552, la ciudad de cultura románica pasa a colocarse bajo protección francesa. Su vinculación a Francia se consagra en 1648 con el tratado de Westfalia. Metz se convierte en la capital de la Provincia de los Tres Obispados. La monarquía le confía la tarea de defender el territorio francés. Bajo el reinado de Luis XV, el duque de Belle-Isle, remodela la ciudad.
Tras ser anexionada por Alemania en 1871, la ciudad se transforma. Los alemanes construyen un doble cinturón de fortalezas, destruyen las murallas que han perdido su utilidad y crean «la nueva ciudad» alrededor de una nueva estación. Metz vuelve a ser francesa en 1918 y conoce una segunda anexión alemana entre 1940 y 1944.
Abierta a Europa, orientada hacia las tecnologías del mañana, Metz, capital de Lorena, conjuga ahora su pasión por el arte contemporáneo con la vinculación a los valores transmitidos por su pasado.
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